Gran Museo del Mundo Maya

El Gran Museo del Mundo Maya

La conceptualización arquitectónica del edificio está basada en uno de los elementos claves para entender la mística del pueblo maya: el árbol de la ceiba. A partir de este elemento se desarrolla un desplazamiento arquitectónico que abarca estacionamiento, bodegas de tránsito, sala principal de recepción, salas de exhibición permanentes, sala de exhibición temporal, sala de usos múltiples, área de estancia infantil, sala de proyección cinematográfica, terrazas y jardines.

La visita se inicia con una panorámica de lo que significa el territorio de la etnia maya, sus costumbres, su historia, sus temas arqueológico, etnológico y antropológico, sus ritos y el paso del tiempo hasta llegar a lo que somos ahora.

Desde la gran sala que se cobija a la sombra de la ceiba se puede tener la información necesaria para hacer mucho más confortable su visita. En este espacio también se encuentran las áreas de paquetería para guardar objetos que no desee introducir a las salas de exposición como: paraguas, bolsos grandes y pesados, impermeables o abrigos que no requiera utilizar en el momento de su visita así como equipos de fotografía o de cómputo que requiera de un resguardo seguro.

La información de cómo visitar el museo también se encuentra en esta área. Para ello basta aproximarse a la barra de servicios para obtener la información ya sea a través de folletos o directamente explicada por el personal altamente capacitado.

También puede consultar sobre la visita a otros espacios culturales de la ciudad y especialmente de las rutas turísticas que ofrece nuestro Estado. Si requiere de guías especializadas en algún idioma o de un recorrido especial basta con hacer los trámites conducentes para que el personal esté disponible en el momento de hacer su visita en grupo.

El Gran Museo del Mundo Maya permite recorrer cómodamente sus salas y aprovechar los espacios exteriores para tomarse un descanso entre una y otra sala, lo que permite hacer la visita mucho más descansada y relajada, además de poder disfrutar plenamente de la arquitectura.

Pensado para hacer disfrutable la visita, el Gran Museo del Mundo Maya cuenta con rampas de acceso para personas con capacidades diferentes, elevador y todo lo necesario para que nadie se quede sin poder acceder a sus espacios.

La comodidad también estriba en su restaurante/bar, donde lo mejor de la gastronomía regional e internacional puede degustarse en este espacio del Museo, y en sus espacios al aire libre desde donde puede disfrutar de una vista relajante y con algunos espectáculos programados durante el día.

La educación es un tema importante para el Gran Museo del Mundo Maya. Para ello se ha dispuesto de un espacio especial para los niños, la estancia infantil, un espacio lúdico de reflexión y aprendizaje complementario de las salas de exhibición. Y un programa de atención a grupos mediante visitas guiadas.

La facilidad para acceder a todos los espacios y la seguridad que se proyecta en el Museo hace que los visitantes se sientan protegidos y dentro de un marco de libertad.

 

“YUCAMA’YA’AB” es una obra pictórica y musical compuesta en 5 actos divididos en 34 cuadros. Cada cuadro es una secuencia definida por una duración y está compuesta de imágenes animadas proyectadas o que aparecen en los muros y sobre la trama luminosa de la Ceiba.

La transcripción artística es fundada sobre la imagen y sobre la música. Se apoya sobre la cronología y se desarrolla en un tiempo pictórico y musical como tantos escritos en los códices.

Las imágenes resultan de dibujos y fotografías hechos por el artista, Xavier de Richemont, de sus composiciones gráficas y de numerosos documentos icnográficos reunidos durante sus búsquedas. Forman un corpus original con una total inspiración maya.

La imagen creada está en constante mutación. La música fue creada directamente con la obra, acompañando imágenes y para reforzar su dramaturgia. Inspira sonoridades antiguas, de canciones populares y la música clásica mexicana moderna y contemporánea, con una inmensa riqueza descriptiva.

El nombre que el artista eligió para su obra es «Yucama’ya’ab». Esa palabra fue inventada de la misma manera que los escribas mayas inventaban la escritura asociando signos para crear los glifos mayas. «YUCAMAY’YA’AB» nace de la unión de la lengua española y de la lengua maya. Combinando esas dos palabras que representan al país maya yucateco de ayer y hoy, tanto en la cultura como en la geografía. Esta asociación representa también el trabajo de combinación de ideas y de formas, de músicas y sonoridades, uniendo lo esencial de la síntesis artística que permitió la creación plástica de la obra.

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